Boda Enrique & Silvia


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Ser fotógrafo de boda en Murcia te hace conocer a gente maravillosa, y este, es uno de esos casos. Enrique y Silvia son de Cartagena y a pesar de no conocerme de nada, pusieron en mis manos todas sus ilusiones para tener un recuerdo inmejorable.

La historia de ellos comenzó en el lugar donde la rutina nos persigue, pero estoy seguro de que esa rutina se volvió pasajera cuando al llegar al trabajo se tuviesen al lado. Ambos son de Cartagena y decidieron casarse en uno de los meses más calurosos del año, un 27 de Agosto fue la fecha clave para hacer de ellos dos solo uno.

Ella se vistió en la habitación del hotel, sus dos mejores amigas y su madre le acompañaron en ese momento. Sin nervios y con una luz perfecta, Silvia disfrutó del momento y yo pude tener una fotografía de boda diferente. Me gusto en el compás que nos movíamos, todo fue decir y hacer, siempre lo digo, pero es verdad que las imágenes hablan por sí solas y ella estaba radiante y feliz.

La fotografía de estudio no tiene nada que ver con lo que hicimos en la casa de Enrique, divertida y espontánea, se dejaron llevar y yo me deje guiar por ellos, fue una mezcla entre novio, familia y fotógrafo, dando como resultado algo excelente. Enrique es el más pequeño de los hermanos y entre ellos hay un cariño que hasta parece poder palparse. Dos familias muy unidas y con ganas de disfrutar de ese día.

Fue una boda civil, de las más bonitas que recuerdo, no faltaron todo tipo de emociones; miradas, risas y lágrimas que hicieron un instante decisivo.

La celebración fue en el Hotel La Manga Club Príncipe Felipe, un lugar precioso para celebrar algo tan bonito. Los detalles desataron momentos, sus hermanos les dedicaron a ambos un video precioso, pero Enrique y Silvia le respondieron con otro video dedicándole a cada uno de ellos lo importantes que son en sus vidas. Silvia le entregó su ramo a su amiga, que hizo emocionarse a más de uno. Cantaron, rieron, bailaron y disfrutaron juntos. No me cabe la menor duda de que fue uno de los mejores días de sus vidas.

Más calmados, les propuse hacer el post-boda en el mismo lugar donde se casaron. Me pareció tan bonito que quería encontrar las horas de luz adecuadas ya que el día de la boda no pudimos, para tener en cada rincón un recuerdo del que hacer memoria y sonreír. También visitamos un faro precioso en Cartagena, para capturar momentos más divertidos e íntimos entre ellos. Quería que tuviesen un álbum de fotografías llenas de vida, de sentimientos y emociones y que nunca se cansen de verlo.

Ser fotógrafo de bodas en Murcia implica conocer a personas nuevas, involucrarte en sus vidas sin hacer demasiado ruido, intentar conocerlos y saber qué es lo que quieren. Intentar hacer todo lo que esté en mis manos para que tengáis un recuerdo diferente. Vosotros creísteis en mí, confiasteis en el trabajo que hago y no hay mayor satisfacción el saber que no os arrepentís de la decisión que tomasteis.

Ha sido un placer conoceros, pasar tiempo con vosotros y disfrutar a vuestro lado de un día tan importante para vosotros. Espero que con el paso de los años recordéis aquel loco que os hacía poner mil posturas y no se cansaba de hacer fotos. 



Pero sobre todo, que cuando volváis abrir ese álbum, recordéis cada momento, cada paso y cada sensación que sentisteis aquel 27 de Agosto. Ahora os toca a vosotros seguir creando momentos juntos y hacer un álbum tan grande como el amor que habéis demostrado teneros. Un abrazo pareja.